El lobo y la luna


Me gustan las personas que tienen
que luchar por obtener algo. 
Los que teniéndolo todo en 
contra, salen adelante. 
Ésta gente que me fascina. 
La gente fuerte.

Isabel Allende


Aqui una de mis historias, espero que os guste. La inspiración y los recuerdos van llegando, las heridas van cerrando y el corazón se va abriendo

La noche empezaba a caer, entre las sombras de las montañas, la luna, juguetona ahora salgo ahora me escondo... hacía del trayecto una carretera mas distraída para mi, que entre curva y curva me gustaba mirar de reojo la luna. Era su coche, lo llevaba yo. Antes de llegar a lo mas alto del puerto, paremos al lado de la calzada. Era verano la noche se nos apetecía pasarla con la manta y mirando las estrellas y la luna. A esa chica le hubiera bajado todo el firmamento por mi parte... Íbamos preparados con abastecimiento alimenticio a base de bolsas de snacks, frutos secos de bolsa y unas cervezas en la mini nevera de viaje.  La noche llegó como llegan las cosas, sin querer y sin buscar. La atracción sentida entre los dos era palpable en aquel momento. Encontremos un sitio que nos gustó mucho, donde podíamos ver todo el valle y nadie nos veía a nosotros, decidí estirar la toalla, y tirar por el suelo mi mochila, tu mirándome a mi te tumbaste en la toalla y te quitaste las botas... Todo surgió... Sus manos empezaron a desabrochar los botones de mi camisa, siguieron camino entre mi pecho,  mis latidos se empezaron a acelerar. Aquellas manos buscaron mi cinturón y mi pantalón, en nada estaba desnudo con el reflejo de la noche alumbrando en su cara, y esos ojos azules devorándome. Mis manos expertas, tardaron muy poco en hacer acopio de un galán, cuando ella estaba con la ropa interior, me detuve a mirarla otra vez y con un dedo empecé a deslizar poco a poco por sus pechos, por su abdomen y por sus piernas, ella entre jadeos y susurros me dijo, que estaba muy cachonda, pero decidí seguir jugando, solo acariciando, y cuando ya mi erección no podía aguantarla mas, entonces la penetré con embestidas fuertes y rápidas, ella estaba muy mojada, duró lo que dura un paseo en barca por el retiro... Toda una noche y para mi, el recuerdo toda una vida. 

Después llegaron noches como aquella, pero esa fue muy especial para los dos, aun la recuerdo con esa melena rubia y ese top negro. Hay amores que matan...


En busca del verso mas profundo, tus labios me besaron al despedirse

Creador de sueños




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