La mañana y su luz
La luz que entraba por la ventana, el reflejo en su piel, dibujaban el brío de la mañana con todo su esplendor. La cama estaba vacía, su pensamiento en otra habitación, el corazón en algún rincón maltrecho. Se abrió la puerta, apareció él, dispuesto a darlo todo por ella, y si era poco, y si era tarde¿? No lo sabemos, sólo que hay que arriesgar si se quiere ganar. El sol fue testigo del amor, del abrazo tan profundo y de los besos que se dieron... Este loco aunque enamorado, sigue viviendo a su manera, escribiendo versos con la intención de arañar el alma.