El sabor de la noche

La oscuridad de la noche junto con el reflejo de la luna sobre tu piel,
hacían de mi mente un tiovivo capaz de bajar a los infiernos para arder contigo.
Las huellas que en mi pecho dejabas,
mil veces me puedo duchar pero de mi alma no se borrarán.
El fuego ardiente de la pasión hacía preveer algo previsible,
nuestros cuerpos unidos al son de la melodía de tus gemidos y el latir de nuestros corazones.
Y con la fuerza de las miradas atrapadas en la oscuridad, la noche se desvaneció y dejo paso al abrazo eterno de la madrugada y con ello al brillo del amanecer...

Y con esto el creador de sueños se va a descansar...

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