El viajero solitario

Hace unas horas regresé de mi último viaje. El frío, la lluvia y el aire no pudieron conmigo. Amsterdam estaba preciosa con sus canales, sus bicicletas, su gente aunque la mayoría eramos extranjeros con ganas de pasar buenos momentos. He de decir que el agua estaba francamente sucia. Era gracioso porque cada rincón de la ciudad olía a porro.
Pues ahí estaba yo pateando sus calles, visitando museos, disfrutando algunos placeres de la vida. Pero mi alma se quedó helada al ver aquellas chicas  detrás de los cristales, solo eran un cuerpo como los maniquíes del Zara, sus miradas tristes y vacías que pena.
Me llevo buenos amigos que hice y la sensación de ser ese viajero solitario pero querido y conocedor de si mismo. Autoritario, decidido y valiente. Si valiente porque estuve 15 años con pánico a los aviones y ahora me encanta ir en avión.

Hoy estoy como aún en la nube de aquel submarino del (Coffee Shop) del callejón... Feliz, planeando donde seguir llevando mi esencia para curtirla viaje a viaje.

Dicen que una ciudad se lleva dentro...
Yo sólo se que en mi corazón ha entrado otra ciudad nueva, y ahí en lo mas profundo tiene su cajón como Londres, Viena, Lisboa y mi querida Barcelona...

La vida es una aventura, yo que tu la disfrutaría cada segundo...

Se despide el Creador...

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